Mientras se concentran en la respiración, meten una pierna en un barril donde flotan cientos de cubitos de hielo. Inhalan, exhalan, y avanzan con la otra pierna. Una instructora les sostiene las manos y las anima a respirar y hundirse en el agua helada hasta la altura de los hombros. No es fácil sentir que se congelan los pies y las manos. La instructora les dice que está bien y las sigue guiando en la respiración. Las abraza. Hay que resistir. Probarse que sí se puede dar un baño en agua fría. Helada.

¿Por qué alguien elegiría meterse en un tacho a unos 10°C o menos? La experiencia en el hielo dura unos pocos minutos, pero las sensaciones que deja en el cuerpo se extienden por mucho más, cuenta Valeria Pérez Martino, que es instructora de yoga y tiene una certificación en ice-yoga (inmersión en hielo).

Valeria cuenta que para ella  fue un desafío personal porque era muy friolenta y quería cambiar eso. “Hace tres años empecé a darme duchas frías y a meterme en la pileta en invierno. Había leído los casos de deportistas que para recuperarse se zambullían en agua helada y empecé a investigar más”, relata.

Bañarse con agua helada: de qué se trata

También llamada crioterapia, la inmersión en agua fría puede consistir en nadar al aire libre, darse duchas frías o sumergirse en un baño de hielo. Desde hace tiempo, los deportistas la utilizan para reducir el dolor muscular y acelerar la recuperación pasando alrededor de diez minutos después del ejercicio en agua fría .

A nivel mundial, existe el reconocido Método Wim Hof (MWH). Hof es un holandés al que llaman “el hombre de hielo”. A los 17 años se tiró al canal de Beatrixpark en Amsterdam en pleno invierno. También escaló el Everest en shorts. El desarrolló la técnica de respiración y meditación para enfrentar temperaturas extremas que ahora siguen figuras famosas como David Beckham y Lady Gaga.

Los seguidores ponderan los beneficios del agua congelada para salir de la zona de confort. Dicen que ayuda al cuerpo y a la mente, que sirve para la recuperación fisiólógica y también tiene efectos antinflamatorios.

SUMERGIDA. La influencer Mariana Soler, durante un baño de agua helada.

Bañarse con agua helada: entrenamiento

“La inmersión en hielo es un entrenamiento: entrenamos mente y cuerpo. Utilizo las técnicas de yoga, de meditación, de respiración. Unimos todo eso y lo aplicamos a cada persona que lo hace”, explica Pérez Martino, que organiza talleres en los cuales sus alumnas hacen ejercicios previos a la inmersión en el agua helada.

Lo ideal es estar muy tranquilo antes de sumergirse. Generalmente, se empieza unos pocos minutos (de una a tres, de acuerdo a la tolerancia de la persona) y luego, en cada sesión, se va avanzando. “Cuando la persona entra al agua helada la respiración aumenta, el cuerpo quiere huir. Lo ideal es que alguien esté ayudando en ese momento a normalizar la respiración, a calmarse”, explica. Para salir, lo ideal es tener una manta o una toalla para cubrirse, además de hacer ejercicios suaves de calentamiento, idealmente al sol.

¿Cuál es el efecto de la baja temperatura en el cuerpo?, le consultamos. “Mejora la circulación, fortalece las articulaciones y alivia los dolores osteoarticulares, reduce la inflamación, fortalece el sistema inmune, disminuye el tiempo de recuperación de lesiones, aumenta el metabolismo basal y baja los niveles de estrés, entre otros beneficios descriptos. También yo noto que mejora mucho la piel”, describió la especialista.

También señaló que algunas personas deberían tener cuidados o al menos precauciones médicas; por ejemplo, quienes tienen problemas cardiovasculares o respiratorios, y las mujeres embarazadas. “Hay que hacerlo con responsabilidad”, opinó.

Mariana Soler, conductora de TV e instagramer tucumana, participó de un encuentro en el que tuvo la posibilidad zambullirse en un tacho con agua helada. “Tuve la sensación de que podemos, a través de nuestra mente, controlar lo que nos pasa, la sensación de fuerza, de auto control de nuestras emociones, de nuestra respiración”, describió. ,

Bañarse con agua helada: beneficios

Aunque muchos estudios han identificado beneficios relacionados con los baños de hielo y la recuperación tras el ejercicio, todavía se está investigando sobre estas técnicas.

PRUEBA. El termómetro marca cinco grados centígrados cuando se lo metió en el agua donde sucede el baño.

Le consultamos al deportólogo Germán Torrens acerca de la crioterapia. “El frío es un antiinflamatorio. Entonces, el primer efecto es la desinflamación de todos los tejidos y no solo de los tejidos, o sea, de los músculos, sino de todo el organismo. Porque cuando vos te das una ducha fría se relaja el corazón, se relajan los pulmones, etcétera. El segundo beneficio es la relajación mental”, describe.

Cuando sus pacientes van al consultorio de medcina del deporte, siempre les recomienda que usen duchas de agua fría para recuperarse. “Es muy frecuente que después de eso se acuestan y tienen un sueño súper reparador. Entonces, la recuperación es completa. Que lo hagan 15 minutos es suficiente”, apunta.

Según detalla, baja los latidos, la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria, y eso hace que el organismo se recupere muchísimo más rápido. Por eso es una terapia muy usaba por los deportistas. También se la utilizaba para los soldados en las guerras, detalla.

Según Torrens, los baños de agua helada no son para cualquiera. “Un deportista seguramente no tendrá riesgos porque se hace todos los controles correspondientes.”, señaló. Y dijo que no lo recomendaría para personas con problemas cardiovasculares o respiratorios.

Baño en agua helada: consejos

¿Qué se debe tener en cuenta antes de tomar baños de agua helada?

- Consultar antes con el médico de cabecera para confirmar que es seguro en nuestro caso particular.

- Asegurarnos de no estar solos durante la inmersión. Planificar cómo vamos a entrar y salir del agua de forma segura: los músculos no funcionarán tan bien con la bajada de temperatura y podríamos dejar de sentir las manos y los pies.

- Asegurarnos de disponer de toallas, ropa seca, una bebida caliente y un lugar donde cobijarnos al salir.

- Permanecer poco tiempo en el agua fría y salir antes de experimentar entumecimiento, dolor o escalofríos, salir.